viernes, 29 de mayo de 2015

Cita


Creía que nunca llegaría el día en el que al fin podría disfrutar de su compañía. Llévaba días preparandose y organizándolo todo. Pues no todos los días puedes reencontrarte con el amor de tu vida.

Nada más levantarse, cogió su vestido amarillo (color que no creía que le diera mala suerte) y salió por la puerta sin mirar atrás.

No sé veían desde hacía años pues ambos vivían en otras ciudades, pero no importaba pues siempre volvían a encontrarse como si de imanes se tratasen. Esta vez le tocaba a ella organizarlo todo, decidió no dejar ningún cabo suelto puesto que las sorpresas no le gustaban mucho. 
Se dirigió al mirador de su montaña (y aunque penséis que es un sitio típico para una cita, no lo era ¿pues quien va a subir a una montaña para tener una cita?) y allí sacó un mantel el cual adornó con velas (cortesía de su compañera de piso que le encantaba) y diferentes tipos de flores, como plato fuerte se decidió por una cata de cervezas. 
No podía parar de pensar en el momento en el que llegara, había repasado ese instantes en su cabeza una y otra vez, pensado como podía actúar cuando lo viera, pero ninguna de las situaciones en las que había pensado le convencía. Mientras seguía dándole vuelta a la cabeza, llegó él.

Se miraron tímidamente, sonrieron y se abrazaron, ella no pudo evitar respirar su aroma. Todo resultó mejor de lo que había soñado. 

2 comentarios:

  1. Demasiados "pues" o "puesto". Mírate otro recurso. La historia me ha sabido a buen café eso sí ;-)

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