jueves, 17 de septiembre de 2015

Festival

Una de las modas que se ha impuesto en los últimos años es ir a un festival. Sobre todo de festivales donde lo que predomina es una música indie, que antes era escuchando por una minoría, de ahí su nombre ,pero que ahora se escucha por "borreguismo". 

Tengo que reconocer que yo era de las que escuchaba música en inglés y renegaba del indie en español, pero hace cuatros años me llevaron a mi primer festival y ahí cambió mi percepción. 

Los festivales traen consigo un mundo paralelo a la realidad, lo primero es que si al festival que vas tienes camping, es toda una experiencia. Por un lado tienes que acostumbrarte a dormir debajo de toldos que en vez de taparte del sol, crean un microclima de calor insoportable. Estuve en un festival en Portugal, y el camping estaba en un bosque por lo que eran los árboles los que hacían de toldo, una maravilla. Por otro, conoces a mucha gente de todos los rincones del mundo y además, no sé vosotros, pero a mí entran ganas de hablar con todo el mundo, haciendo amistades y eso.

Otra cosa buena, es que puedes hacer deporte, mientras te lo pasas bien escuchando música, a la par que engordas porque bebes ¡Es como un círculo vicioso! Lo más importante y por lo que los festivales se han puesto de moda, es que ves a un montón de grupos, que por separados te cuesta cada uno más caro que a todos a la vez juntos, es una buena opción para los jóvenes de ahora; pues sino sólo podríamos ir a un concierto al año. 

Mañana voy a mi último festival del verano y con eso digo adiós a un verano totalmente diferente a los que había tenido hasta ahora (pero mejor lo dejo para otra entrada). Espero que no me defraude porque aunque nunca se debe de ir con expectativas, siempre están ahí. 

¡La vida festivalera, la vida mejor! :D

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